La inteligencia artificial (IA) es una tecnología habilitadora esencial cuyo potencial debe desarrollarse para servir al progreso humano, evitando y combatiendo al mismo tiempo los riesgos potenciales asociados con su uso malicioso. La IA ha planteado nuevos desafíos en relación con la interacción y comunicación hombre-máquina. Los seres humanos se comunican y entienden la realidad a través del lenguaje natural y, dado que enormes cantidades de datos digitales se expresan en lenguaje natural, se ha desencadenado el desarrollo de métodos de Tecnologías del Lenguaje Humano (TLH) y Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN), como buscadores, chatbots, traductores o agentes conversacionales, entre otros. Estas tecnologías se han convertido en herramientas cotidianas esenciales para un número creciente de personas en todo el mundo.